
|
Lo dijo Jaime Gil de Biedma:
- "-En mi poesía no hay
más que dos temas: el paso del tiempo y yo."
- "...en «Contra Jaime Gil de
Biedma», se marca el principio y el final de una enorme crisis. La
crisis, que va desde los últimos días de noviembre del 65, se
detuvo poéticamente en las primeras cuatro estrofas, mientras que la
última estrofa está escrita dos años después; todo
el poema, como tantos otros míos, está emborronando en distintos
bares."
- "...ese poema como el anterior,
«Contra J.G. de B.», son metáforas dramatizadas de la
íntima y sórdida relación que toda persona
mínimamente lúcida y reflexiva mantiene consigo mismo y con los
avatares de su autoconciencia."
Jaime Gil de Biedma.
Conversaciones. Barcelona: El Aleph, 2002, pp. 35, 85 y 266
respectivamente "Contra Jaime Gil de Biedma" es un
poema característico de la poética de la experiencia de los
poetas del medio siglo o segunda promoción de la generación del
cincuenta. |
Características generales de la
poesía de los escritores de la Generación del cincuenta:
- Domina la poética
realista
- Los temas predominantes son de
carácter social
- Para muchos de los miembros de esta
generación la poesía, el arte, tiene una función
política o moral
- La literatura tendrá un
carácter testimonial de grupo
Características generales de la
poesía de los escritores de la Segunda promoción de la
Generación del cincuenta:
- Es un grupo de poetas muy influidos por Luis
Cernuda
- Sus poemas tienden hacia la
narratividad
- Sus obras son muchas veces ejemplos de
autobiografismo
- Sus poemas presentan una visión
individualista, subjetivista e intimista
- En los poemas de esta Segunda
promoción o Escuela de Barcelona aparece la defensa del no sometimiento
del lenguaje poético a ningún postulado previo ya sea este
estético o político
Tema: La crisis del envejecimiento o
percepción del transcurso del tiempo por parte de un yo poemático
desdoblado en dos personajes La estructura del
poema es dialógica. Formalmente el poema está escrito en
verso libre.
|
De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar
de piso, dejar atrás un sótano más negro que mi
reputación y ya es decir, poner visillos blancos y
tomar criada, renunciar a la vida de bohemio, si vienes luego
tú, pelmazo, embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno, con tus manos
lavadas, a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas, las calles
muertas de la madrugada y los ascensores de luz amarilla cuando llegas,
borracho, y te paras a verte en el espejo la cara destruida, con
ojos todavía violentos que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes
gracia. Que tu estilo casual y que tu desenfado resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años, y que tu
encantadora sonrisa de muchacho soñoliento seguro de
gustar es un resto penoso, un intento patético. Mientras
que tú me miras con tus ojos de verdadero huérfano, y me
lloras y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta! Y si yo supiese,
hace ya tiempo, que tú eres fuerte cuando yo soy débil y
que eres débil cuando me enfurezco... De tus regresos guardo una
impresión confusa de pánico, de pena y descontento, y la
desesperanza y la impaciencia y el resentimiento de volver a sufrir,
otra vez más, la humillación imperdonable de la excesiva
intimidad.
A duras penas te
llevaré a la cama, como quien va al infierno para dormir
contigo. Muriendo a cada paso de impotencia, tropezando con
muebles a tientas, cruzaremos el piso torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos. Oh innoble servidumbre de amar
seres humanos, y la más innoble que es amarse a sí
mismo! De Poemas póstumos, 1968 |