"A orillas del Duero". Antonio Machado (1875-1939)

José María Izquierdo
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{short description of image} Lo escribió Antonio Machado:
"Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón." De Proverbios y cantares (1923)
Antes de leer el poema
"A orillas del Duero" es un poema característico del modernismo literario español y de las ideas de la Generación del 98.
Características generales de la Generación del 98:
  • En términos literarios pertenece esta generación al Modernismo simbolista. Movimiento estético que fue una reacción contra el naturalismo, el espíritu utilitario y la vulgaridad de la época.
  • Supuso un reencuentro con el intimismo y con la historia del pueblo o, en definición de Miguel de Unamuno (1864-1936), "intrahistoria". Para estos autores el campesino castellano representará los mejores valores españoles: austeridad, sencillez y dignidad.
  • Redescubrirán el Romancero y con él la estructura estrófica del romance.
  • Sentirán dolor por la situación de retraso de la España de finales del siglo XIX.
  • Buscarán en la historia las raíces de la decadencia española.
  • Europa simbolizará el futuro económico, social y cultural, pero España deberá preservar sus valores espirituales. Los valores de "Juan pueblo".
  • Todos los autores tendrán en común una actitud crítica ante el "Desastre del 98" en forma de pérdida de las colonias de Filipinas, Guam, Puerto Rico y, sobre todo, Cuba.
  • Serán autores que abrirán debates, pero que serán incapaces de plantear soluciones a los problemas de la España de la época.
  • El grupo del 98 literaturizará una actitud ética y estética que se materializará posteriormente en obras artísticas de carácter expresionista como los cuadros de José Gutiérrez Solana (1886-1945)
Vocabulario
adalides Líderes
ahincar Apresurar
alcor Monte pequeño
ballesta Arma para disparar flechas. Aquí metáfora de curva
barbacana Obra de defensa avanzada y aislada
cayado Bastón de pastor
comadreja Animal carnívoro de cuerpo alargado y piel de color pardo rojizo
ganapanes Hombres de pocos estudios que trabajan haciendo recados
Levante La regiones de Valencia y Murcia, la costa del este español
merino Un tipo de oveja
montaráz Silvestre
palurdo Tosco, grosero
recamado Bordado en relieve
recodo Ángulo
regato Arroyo (río) pequeño
roquedas Lugar sonde abundan las rocas
rumia Masticar otra vez los alimentos devueltos del primer estómago de los animales "rumiantes" como las vacas
serrezuelas Sierras montañosas pequeñas
yerra Forma irregular del verbo errar que aquí tiene el significado de vagar: vaga.

Lea el poema por primera vez
Motivos y temas
El poema trata de la situación decadente de la España de la época descrita a través del paisaje castellano de la provincia de Soria.

Preguntas tras la lectura del poema
  • ¿Qué persona del verbo es la que se destaca más en la voz del poema?
  • ¿Qué describe el poema?
  • ¿Qué características de la Generación del 98 encontramos en este poema?
  • ¿Por qué se repite en el poema el verso marcado en negrilla? Diga con otras palabras lo mismo que nos dice ese verso
  • En este poema se describe el paisaje de una región española ¿Cuál? ¿Por qué?
  • ¿Cuál es su interpretación personal del poema?
Lea el poema por segunda vez

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Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces
de fuerte olor -romero, tomillo, salvia, espliego-.
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego.

Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
cruzaba solitario el puro azul del cielo.
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
y una redonda loma cual recamado escudo,
y cárdenos alcores sobre la parda tierra
-harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra-,
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
para formar la corva ballesta de un arquero
en torno a Soria. -Soria es una barbacana,
hacia Aragón, que tiene la torre castellana-.

Veía el horizonte cerrado por colinas
oscuras, coronadas de robles y de encinas;
desnudos peñascales, algún humilde prado
donde el merino pace y el toro, arrodillado
sobre la hierba, rumia; las márgenes de río
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
¡tan diminutos! -carros, jinetes y arrieros-
cruzar el largo puente, y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del Duero.
*******************El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla
**************************¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!

Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.

¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
Castilla no es aquella tan generosa un día
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
ufano de su nueva fortuna y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
pedía la conquista de los inmensos ríos
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tornar, cargados
de plata y oro, a España, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones.

Filósofos nutridos con sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en sueños, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudirán siquiera a preguntar: ¿qué pasa?
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.

El sol va declinando. De la ciudad lejana
me llega un armonioso tañido de campana
-ya irán a su rosario las enlutadas viejas-
De entre las peñas salen dos lindas comadrejas:
me miran y se alejan, huyendo, y aparecen
de nuevo ¡tan curiosas!... Los campos se oscurecen.
Hacia el camino blanco está el mesón abierto
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.

(De Campos de Castilla (1912 / 1917))
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